¿Es lo mismo la sequedad de la vulva que la sequedad vaginal?
La sequedad de la vulva es la sequedad de los genitales femeninos externos (mientras que la vaginal se refiere al órgano sexual interno).
Tiene dos causas principales:
- Biológicas: relacionadas con el envejecimiento de los genitales, la edad y la menopausia, por la reducción de los estrógenos y la testosterona. Una sequedad grave se debe a una patología específica, el “liquen escleroso”.
- El estilo de vida: el uso de jabones agresivos, varias veces al día, elimina del cutis y de las mucosas de la vulva el manto microscópico, pero importantísimo, que la recubre y que mantiene una buena hidratación. Esta película hidrolipídica está formada por: una capa de sebo producida por las glándulas sebáceas, células de descamación, agua y sales minerales que proceden de las glándulas sudoríparas durante la transpiración normal (“transpiración insensible”), y el ecosistema de la vulva. Una higiene “excesiva”, y/o con productos que no respeten la totalidad de esta estructura microscópica y valiosa y su pH, causa una sensación desagradable y progresiva de sequedad. Asimismo, elimina del cutis de la vulva la “barrera” viva que la protege de las agresiones externas, aumentando la vulnerabilidad frente a inflamaciones, alergias e infecciones.
Es necesario por este motivo cuidar tu higiene íntima con geles y toallitas íntimas que respeten el PH de tu zona íntima.
Tiene dos causas principales:
- Biológicas: relacionadas con el envejecimiento de los genitales, la edad y la menopausia, por la reducción de los estrógenos y la testosterona. Una sequedad grave se debe a una patología específica, el “liquen escleroso”.
- El estilo de vida: el uso de jabones agresivos, varias veces al día, elimina del cutis y de las mucosas de la vulva el manto microscópico, pero importantísimo, que la recubre y que mantiene una buena hidratación. Esta película hidrolipídica está formada por: una capa de sebo producida por las glándulas sebáceas, células de descamación, agua y sales minerales que proceden de las glándulas sudoríparas durante la transpiración normal (“transpiración insensible”), y el ecosistema de la vulva. Una higiene “excesiva”, y/o con productos que no respeten la totalidad de esta estructura microscópica y valiosa y su pH, causa una sensación desagradable y progresiva de sequedad. Asimismo, elimina del cutis de la vulva la “barrera” viva que la protege de las agresiones externas, aumentando la vulnerabilidad frente a inflamaciones, alergias e infecciones.
Es necesario por este motivo cuidar tu higiene íntima con geles y toallitas íntimas que respeten el PH de tu zona íntima.
